Viajo mucho en transporte público. Me gusta leer mientras voy de un lugar a otro. Pero, últimamente resulta prácticamente imposible. la mayoría parece abducida por su teléfono móvil. No me molestan los que calladitos y concentrados van mirando su pantalla como si la vida les fuera en ello. Yo también lo hago. Otra cosa son esas personas, casi siempre mujeres, que mantienen una conversación de la que hacen partícipe involuntario a todo el vagón o autobús y que, además, parece que se hayan tragado un altavoz.
Me recuerdan a otras que van en su coche sacándose los mocos como si, el hecho de estar en ese habitáculo privado, les proporcionara algún tipo de cubierta especial con la que el resto de los mortales no pudiéramos verles.
Pero, volviendo a las de las conversaciones en púbico. Hay quien ventila todo tipo de intimidades, como si no hubiese nadie más a su alrededor. Otras mantienen una acalorada discusión salpicada de vulgaridades que, supongo, les hacen sentirse más cool. El caso es que, si estás intentado concentrarte en la lectura resulta prácticamente imposible hacerlo porque, la agresión auditiva es tal que al final, acabas por cerrar el libro y entretenerte pensando en diferentes formas de asesinar a la bocazas en cuestión.
¡En fin! llamadme antigua, pero sería genial que dedicáramos algo de tiempo a pensar en aquella frase que ya parece olvidade y que dice : Mis derechos terminan donde empiezan los de los demás…incluídos los auditivos.
¡Feliz sábado!
60 and Up 
Totalmente de acuerdo con tu reflexión, yo también utilizo el bus y justo ayer lo comentábamos con una una amiga, ¿como puede ser que no se den cuenta las personas que hablan por el móvil que seguramente molestan a la mayoría de personas que estamos cerca? para mí es una falta de respeto, lo que yo suelo hacer es mirarla fijamente con cara de pocas amigas, pero aunque lo notan, siguen con su conversación. Sería genial que la compañía de bus tomara conciencia y colocará las pegatinas de 📵(Prohibido hablar por movil) entonces seguro que yo lo señalaría y me quedaría tan ancha.
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Totalmente de acuerdo. En el AVE ya las han colocado aunque hay mucha gente que no se entera. Esta es educación que debería empezar en casa y en el cole. No quiero entrar en los críos que se comportan como si fuesen los únicos en el vagón, un restaurante, un concierto, autobús o lugar público. El problema no es el niño sino sus padres que ni tienen educación ni son capaces de controlar a sus hijos. Esto es cada día más evidente y, aunque está muy bien ser tolerante, también hemos de hacer una labor de concienciación de lo que significa respetar a los demás. Una a una, poco a poco, hay que intentarlo.
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