
El viernes pasado tuve el placer de ir a ver el espectáculo SOMBRAS de Sara Baras. Un regalo de cumpleaños de mi hermano, cuñada y sobrinos.
A la salida me dolían los brazos de tanto aplaudir y la garganta de tanto gritar ¡BRAVO! Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de la música, del baile, de la pura energía y pasión que transmite esta mujer y su cuerpo de baile y canto en el escenario.
Entiendo muy poco de danza y menos de flamenco pero, hay tanta elegancia en los movimientos, tanto frenesí taconeador y tanta vehemencia en el canto que resulta imposible no emocionarse y sentirse orgulloso de compartir ADN con los que están sobre el escenario.
Sara Baras ha sabido salir del tópico flamenco con gracia y maestría. En uno de los números, baila al ritmo de un saxofonista que podría perfectamente haberse tele-transportado de un musical en Nueva York. La mezcla de estilos, la belleza del sonido, la presencia y el duende de esta mujer sobre las tablas nos transportan a lugares donde el alma se inquieta, el corazón se alegra y la mente, por una vez, se calla y se deja llevar por las emociones.
Como última reflexión me queda pensar en lo poco que valoramos en España la mezcla de razas y la riqueza cultural que tenemos. No tengo nada de andaluza pero, al ver a Sara Baras, me siento muy orgullosa de que ella sea española y yo, aunque haya nacido en el Caribe, también.
A poco que podáis, id a verla. Os encantará. Olé.