
He aquí una novelita ligera que nos mantendrá entretenidas de principio a fin. No tan previsible como yo esperaba así que…un punto a favor de la escritora.
Como comenté hace unos días, hay libros que nos ayudan a distraernos y relajarnos y que son ideales para leer unas páginas antes de que nuestros párpados se cierren por unas horas.
Dell, la protagonista, pierde a su marido de forma repentina y se encuentra con que tiene que hacer frente a la vida sin tener ni estudios, ni experiencia laboral. Dado que le encanta cocinar decide abrir un pequeño café por el que desfilarán diferentes personajes del pequeño pueblo en el que vive cada quien con sus dramas y peculiares manías.
A ratos divertida y a ratos triste, esta novela nos mantiene interesados en descubrir como Dell y sus amigos irán resolviendo las situaciones que se les van presentando a lo largo de la trama. Al terminar el libro sonreí porque me quede con la agradable sensación de que, de vez en cuando, las tragedias pueden acabar bien. Por otra parte, la lectura de este libro no me ocasionó ningún desgaste emocional o intelectual lo que, en ocasiones, resulta muy recomendable.
¡Feliz semana!