Cuando la imbecilidad no tiene límites

De naturaleza soy un ser rebelde, dispuesta a acatar órdenes cuando las encuentro lógicas, bien argumentadas y comunicadas de forma respetuosa. La situación actual no me parece que contenga ninguna de esas condiciones. Lógica hay muy poca en todo este tinglado que se ha montado a raíz de un virus que muchos expertos definen como no mas mortal que el de la gripe común, tal vez de mas rápido contagio pero similar en su tasa de mortalidad. Bien argumentadas, ni de broma. Escucho muy poco la TV y la radio pero, lo poco que escucho no puede ser mas alarmista y con poco fundamento. Si cada día nos contaran la gente que muere por contaminación ambiental, estrés y otras patologías, nos lo transmitieran en cada telediario varias veces, nos dieran detalles bien gráficos de esas muertes y nos recordaran que a nosotros también podría pasarnos, estaríamos igual de espantados de lo que estamos con el dichoso corona virus.

Lo que personalmente me crispa de esta situación es la falta de pensamiento crítico de la población en general. La gente va disfrazada con guantes y máscaras, con una mirada sospechosa frente a quienes hemos decidido no llevarlas y con una actitud de espanto que, francamente, da pena. No sé si se les ha olvidado lo que nos explicaron en clase de biología respecto a los virus, están en el aire, de tu casa, de tu coche, del supermercado, y de todas partes. Te los llevas en tus zapatos, en tu pelo y en tu ropa. Cuando llegas a tu casa y con alivio te quitas la máscara y los guantes el virus seguramente anda merodeando por ahí y te lo vas a respirar igual. Algunos expertos se están quedando sin voz de tanto explicar que, para la mayoría, el virus pasará sin pena ni gloria por nuestros cuerpos. También nos cuentan que la mayoría de las muertes son de gente mayor que ya tenía patologías previas y que ha habido algunos jóvenes, considerando jóvenes a los menores de 65 (que eso en si mismo ya resulta gracioso) que han muerto ¡COMO EN TODAS LAS GRIPES, TODOS LOS AÑOS!

Con la extensión del confinamiento a 15 días más, según he leído, a mi todavía me entra más miedo. Soy autónoma por tanto, ya me explicaréis quien pagará las facturas los meses que no facturemos absolutamente nada. Personalmente creo que va a morir más gente de angustia y nervios que de esta supuesta pandemia.

Mi miedo tiene algo de fundamento, os pongo un ejemplo muy concreto para ilustrar lo que intento comunicaros. Ayer salí con mi pareja a comprar, en el supermercado no nos dejaron entrar como pareja, además de tener que mantener un metro de distancia de los otros compradores, como si el virus supiera de distancias pero ¡en fin!… a la salida íbamos los dos cargados de bolsas transparentes de fruta y verdura por lo que se veía claramente de donde veníamos. No había nadie más en la calle. Nos paró una patrulla con dos policías, por cierto sin que ninguno de ellos llevara esos elementos esenciales para la supervivencia: guantes y mascarilla. Uno de los policías nos preguntó que a dónde íbamos…sin palabras. Con bolsas de plátanos, mandarinas, cebollas y tomates ¿de dónde crees que venimos y adónde crees que vamos?. Como no le contestamos, solo le miramos con cara de poker, utilizando el poder y la autoridad suprema que le ha otorgado el Estado, sin pudor alguno, nos soltó: «no pueden ir juntos, tienen que caminar separados al menos por un metro de distancia». De verdad, ¿se puede ser mas imbécil? A esto es exactamente a lo que me refiero. Cuando la gente que se supone que ha de protegernos tiene tan pocas neuronas como para regalarnos una anécdota como ésta, los pelos se me ponen de punta solo de pensar que harán si un día les ordenan disparar a los insensatos que hemos decidido vivir la vida sin miedo y dejar las mascarillas y los guantes para el día que de verdad sean necesarios.

El día que dejemos de pensar por cuenta propia otros lo harán por nosotros y tengamos por seguro que sus intereses estarán siempre por encima de los nuestros. Despertemos de una vez por todas.

¡Feliz martes!

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2 comentarios

  1. Hola Rosa, que sepas que siempre te leo.
    Estoy de acuerdo contigo en lo que respecta a la paranoia. Yo personalmente tampoco he querido utilizar ni máscaras ni guantes porqué dentro de la locura colectiva que veo en la calle para mí, el no llevarlos me hace sentir que sigo mi vida de manera normal. La verdad es que salir a la calle para mi no representa un alivio porqué es justamente la actitud de las personas de paranoia lo que hace que sienta que vivo en el apocalipsis. También considero que esto se le fue de las manos a los gobiernos y a las empresas pero a su vez también entiendo lo importante que ha sido parar y darnos cuenta de tantas cosas, tanto consumismo, egoísmo, el vivir la vida de manera automática. Solo espero que cuando esto se acabe realmente hayamos aprendido algo.
    Un abrazo

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    • Hola Stefanie, gracias por tus comentarios (y por leerme 🙂
      Estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas. Da miedo pensar dónde vamos a ir a parar por culpa de la falta de conciencia de la mayoría de los que nos dirigen y por eso es tan importante despertar de esta inconsciencia colectiva y vivir con responsabilidad. Yo también estoy aprovechando estos días para leer, formarme, escuchar música, meditar, comer sano, etc. Cuídate y, cuando nos levanten la cuarentena, a ver si quedamos, tomamos un café y nos ponemos al día. Un abrazo.

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