
Dicen que los libros nos buscan y que cuando aterrizan en nuestras manos es porque tienen que darnos algún mensaje que necesitamos en ese momento. Yo no estaba buscando este libro, por no buscar ni sabía de su existencia, ni conocía a la autora pero, por aquellas cosas de Amazon, mientras buscaba otro texto me fijé en que Untamed (Indomable) tenía 804 opiniones y cinco estrellas. ¡Cinco estrellas! con esa cantidad de opiniones, significa que todos o prácticamente todos los que escribieron consideraron que merecía la máxima puntuación. ¡Tenía que leerlo!
Ya lo he leído una vez y ahora estoy repitiendo porque, realmente, merece la pena volver a disfrutarlo.
Doyle nos narra parte de una etapa de su vida en la que decidió que ya estaba bien de complacer al mundo y que había llegado la hora de ser coherente consigo misma y actuar según su criterio y corazón. En cada capítulo nos hace una reflexión profunda y, en ocasiones, tragicómica de las cosas que le suceden y que a la mayoría seguro que os resonarán. No felizmente casada, con tres hijos y una vida que no le satisface, un día sin previo aviso se enamora de una mujer, decide replantearse toda su existencia y con valentía pero también con mucho amor, cambia de vida radicalmente.
Estoy leyendo el libro en Kindle y, aunque puedo subrayar, no me hace ninguna gracia no obstante, si lo hubiese comprado en papel, habría muchas frases que habría marcado para volver a leerlas en el futuro. Os transcribo un breve párrafo para daros un ejemplo de alguna de sus reflexiones:
«La mejor manera de entender la vida es comprender ese orden invisible que está dentro de cada uno de nosotros. Es esa visión que imaginamos sobre un mundo más real, más hermoso, uno en el que todos los niños tengan suficiente para comer, en el que ya no nos matemos unos a otros, ni haya madres teniendo que cruzar desiertos cargando con un niño a la espalda. Ese lugar que cada religión llama de forma diferente (cielo, nirvana, salaam, paz) y que no es un lugar fuera de nosotros sino que es esa emoción que nos presiona el pecho e insiste en que esto que vivimos está supuesto a ser mucho mas bello de lo que realmente es. Y puede serlo, si nos negamos a esperar a morir para ir al cielo y en lugar de eso encontramos el cielo dentro de nosotros mismos y le damos vida aquí y ahora».
Doyle no se anda con sutilezas, llama a las cosas por su nombre, invita al lector a ser coherente y reflexiona sobre lo que nos sucede cuando nuestra alma anhela una cosa y nuestro cuerpo y mente hacen otra. A ratos resulta directa y dura, a ratos sensible y amorosa y, en todo momento, lo que más me gusta de esta autora es la autenticidad que desprende y la pasión con que se toma la vida.
Una lectura interesante, casi como un libro de auto-ayuda pero sin que la autora intente vendernos nada. Como todo en esta vida, si estamos dispuestos a entender con la mente abierta, sumando y disfrutando de lo que otros tienen que contar, nos enriqueceremos y cerraremos el libro con la sensación de haber aprendido alguna cosa nueva después de su lectura.
¡Feliz miércoles!