
Hora de inicio de este despropósito 8:55 am
Escribo este artículo mientras espero, no sin cierta irritación, que algún «asesor» de Endesa se ponga al teléfono para poder contratar el servicio de electricidad de mi nueva vivienda. No vayáis a pensar que antes no he intentado hacer dicho trámite a través de su estupenda página web. Si que lo he hecho y, esto es lo que me he encontrado:
- Al ir escribir la dirección de la finca no me permite pasar de la ciudad (Barcelona). Es decir, puedo escribir que estoy en Barcelona pero, la siguiente celda donde tendría que introducir el resto de la dirección, no acepta datos.
No me desanimo porque hay una pantallita pop-up donde me indican que un amable asesor me ayudará en el proceso. Escribo mi dilema y con inusitada rapidez alguien, al otro lado de la pantalla, me da los buenos días y se dispone a ayudarme. Vamos rellenando todos los datos que, por cierto, ya he rellenado antes en la página web y nos atascamos cuando me solicita el CUPS. Sabía yo que todo estaba yendo demasiado bien como para que el trámite fluyera sin problemas.
Pregunto que es el CUPS, no me lo explica pero, me remite a un número de teléfono donde me lo darán, o buenamente eso es lo que él o ella cree. Llamo al número, mantengo una conversación aséptica con una máquina que amablemente me indica que para obtener el CUPS (sigo sin saber lo que es) puedo solicitarlo en una página web. Voy a la página web donde hay tal cantidad de información que solo un informático experto podría entender. Pero, estoy de suerte, aparece otro número de teléfono donde me indican que puedo llamar para hacer la contratación.
He de reconocer que a estas alturas ya empiezo a estar de mala leche.
Llamo al nuevo número de teléfono y me atiende un operador que vuelve a pedirme toda la información que ya he proporcionado en varias ocasiones, finalmente logro que me facilite el número de CUPS (sigo sin saber lo que es), con ese número me toman el resto de los datos y me comunican que en breve me llegará un email confirmando el alta del servicio.
Recibo el email. Los datos de la dirección están equivocados, escapa a mi entendimiento que si he dado una dirección (varias veces) aparezca otra distinta. Vuelvo a llamar, espero un rato, ahora ya veo rojo, mi adrenalina y cortisol están disparados y no hago más que preguntarme ¿cómo es posible que con tanto avance tecnológico la atención personal sea cada vez más nefasta?
La guinda de este despropósito la pone una amable señorita que con total inocencia me indica que para hacer el cambio de dirección he de acceder a la página web, aquella que solo entiende un informático experto y, como no, hacerlo yo misma.
Perdonad el lenguaje pero…me cago en sus muertos.
Hora de finalización del despropósito 10:45
De verdad que algo no va bien cuando cada vez resulta más difícil hablar con una persona al otro lado de la línea y lograr que de forma rápida, sencilla y eficiente te proporcionen un servicio por el cual, para más inri, te están cobrando. Que conste que Endesa ha sido la gota que ha colmado mi vaso pero, ni de lejos es la única empresa que aplica este absurdo sistema de atención al usuario.
¡Feliz miércoles!