
Son las 10 de la noche. Acabo de finalizar el libro de Giuliana Lomazzi titulado Reiki en el que de forma amena, sencilla y práctica nos explica en qué consiste esta técnica milenaria y en como sacarle el mayor provecho a la misma.
Yo que soy curiosa por naturaleza prefiero los cursos en los que alguien experto (o no) te explica cosas y en teoría separa la paja del trigo; no obstante, pocas ganas tengo de sentarme en un aula ataviada con una mascarilla e intentar aprender algo mientras mi pobre cerebro intenta sobrevivir con la mitad del oxígeno que necesita. Al final, me he decidido por disfrutar del libro en el sofá de mi sala, con la ventana abierta de par en par y la mascarilla guardada en un cajón que es donde debería estar siempre.
Para los que no sabéis en qué consiste el Reiki, sospecho que debéis ser unos pocos, se trata de una técnica que dirige la energía hacia uno mismo o hacia los demás con la finalidad de ayudar a sanar. El Reiki tiene como base el amor y la energía universal, ese amor que parece tan escaso pero que debería unir a todos los seres vivos portándoles energía donde, por diferentes motivos, mas se necesita.
Para quien quiere practicarlo de forma profesional existen tres niveles, el primero o la activación, el segundo o la curación mental y el tercero o la maestría. Los estudios son detallados y profundos pero, dado que de momento no tengo pensado dedicarme a ello profesionalmente, me ha venido muy bien entender en qué consiste la práctica y como regalo, aprender los movimientos para aplicarlo y aplicármelo.
Había ojeado varios libros sobre esta técnica y los había descartado por densos y excesivamente detallados. Giuliana Lomazzi hace una labor estupenda explicando primero los orígenes del Reiki, después la definición y los diferentes niveles. También dedica un apartado a hablar sobre los chakras, algo que en la medicina energética que actualmente practico, es esencial. Finalmente, mediante ilustraciones claras y precisas nos muestra en qué consiste la técnica, cómo hemos de colocar las manos y que podemos esperar en nuestras primeras incursiones.
Una de las cosas que te enseñan en este libro es el auto-Reiki. Yo empezaré por ahí. De momento he de abrir la sesión haciendo lo que ella llama un «centrado del corazón». No os explico la técnica para no extenderme pero, sí puedo deciros que solo haciendo esta breve práctica el cuerpo se relaja, la mente se calma, las manos se calientan y el corazón se alegra.
A los escépticos podrá pareceros que se trata del efecto placebo, quién sabe, podría ser así no obstante ¿qué más da? si el objetivo final es sentir y hacer sentir mejor al otro, en estos momentos de intenso descalabro, doy la bienvenida a cualquier cosa que nos produzca bienestar y nos proporcione unos minutos de placer y serenidad.
Buenas noches.