Las 10 estrategias para manipular a una población dormida

A mi edad estoy convencida de que la universidad, aparte de aportarnos algunos conocimientos – no demasiados – básicamente lo que hace es programar a la población para que forme parte de este sistema obsoleto, depredador y bien orquestado cuyo objetivo no es otro que el beneficio de unos pocos y la miseria de la mayoría. Esta seguramente no es una idea popular, sobre todo entre los que acaban de graduarse o entre los que todavía están estudiando, pero, dado que este blog va dirigido a los que ya peinamos canas…sospecho que muchos me entenderéis y los que no…tiempo al tiempo.

Repasando apuntes de una clase de comunicación me he encontrado con esta perla sobre la manipulación de las masas que, en su momento me pareció desmesurada pero, dados los tiempos que estamos viviendo resulta es de una lucidez impactante.

Aquí va una lista que debería despertarnos de golpe pero que, después de 8 meses de «pandemia» y vista la reacción de la mayoría…poco esperanza tengo de que este escrito sirva de nada. De cualquier forma, soy optimista por naturaleza y confío que, visto lo visto, haya quien empiece a plantearse cosas.

1.- Estrategia de distracción. Centrar la atención del público en cualquier tipo de pasatiempo irrelevante que les mantenga entretenidos, dormidos y con la sensación de que se enteran de algo. Repetir hasta el cansancio las mismas noticias, lo mas alarmantes posible, con mucho bombo y platillo. Periodismo amarillo que, en lugar de comunicar con veracidad las noticias solo se dedica a vender miedo y violencia, negatividad y tragedia.

2.- Crea un problema y proporciona la solución. Por ejemplo, crea una pandemia y ofrece una vacuna.

3.- Gradualidad. Poco a poco, primero os encerramos unos días, después unos meses, después un par de años. Primero mantenéis una distancia prudencial, después una mascarilla opcional, ahora mascarilla obligatoria, toque de queda y, esperad, que aún no han terminado.

4.- Diferir en el tiempo. Vamos a tomar estas medidas para evitar problemas mayores en el futuro. Optimistas que somos por naturaleza, vamos dejando que las medidas formen parte de nuestra cotidianidad y así, poco a poco y a medida que el tiempo pasa, empezamos a considerar como normal lo que no debería serlo. Que aparezcan tiendas que venden exclusivamente mascarillas, debería ponernos los pelos de punta.

5.- Mensajes básicos. Instrucciones sencillas que entienda todo quisqui: hay que quedarse en casa, hay que ponerse la mascarilla, hay que aplaudir en el balcón, hay que utilizar gel de manos cada vez que entres en una tienda…no importa que lo repitas cien veces y en el proceso te dejes la piel de las manos en carne viva pero, eso es otro tema. Es muy sencillo, trata a la población como si fueran idiotas y ten por seguro que se comportarán como idiotas.

6.-Más emoción, menos reflexión. Este virus te matará, estamos ante una tragedia sin precedentes, muerte, muerte, muerte y más muerte. Da igual que las estadísticas demuestren que no hay tantos muertos como en años anteriores…la emoción nubla la razón y somos tan simples que no pensamos mas allá de esa palabra: muerte ¡qué miedo! no pienso y cedo mi pensamiento crítico a quien me manipula con total impunidad.

7.- Educación deficiente. Claro que si, cuanto más ignorantes y menos reflexivos seamos, más fácil será manipularnos. Fuera la cultura, fuera el arte, fuera cualquier cosa que pueda enseñar a la masa a ser autosuficiente y a pensar por si misma.

8.- Ensalzar la mediocridad. Vamos, en esto somos maestros. Son referentes de una buena parte de la población personajillos de prensa rosa, supuestos actores y actrices escasos de neuronas, figuras permanentes del Hola, Lecturas y demás basura, programas como Gran Hermano, Salsa Rosa y cualquier otra bazofia en la que lo único que se analiza es la vida de otras personas incapaces de aportar nada útil o interesante a una sociedad ya de por sí aburrida, atontada e inculta.

9.- Estrategia de autoculpabilidad. Escondemos la raíz del problema y le hacemos creer al pueblo que ellos son los culpables de aquello que les sucede. Os enfermáis porque salís en grupo, porque os abrazáis, porque los jóvenes hacen botellones, porque ¡oh terror! la gente pasea por una playa ventilada sin mascarilla. Cualquier cosa menos asumir que la raíz de todo es la falta de criterio, ética y conocimientos de quién toma las decisiones. Además, ricemos un poco más el rizo pidiéndole a la población que se denuncien los unos a los otros y entonces nos encontramos con esos bonitos ejemplos de descerebrados y descerebradas denunciando o increpando a quien decide, por ejemplo, llevar la mascarilla por debajo de la nariz. Divide y vencerás.

10.- Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. Esto nunca ha sido tan fácil como en este momento. Con tanta tecnología, traspaso de datos entre empresas (que chiste lo de la protección de datos), la psicología aplicada, la neurobiología y otras tantas estrategias para manipularnos, nos creemos en control de nuestras vidas cuando realidad no somos más que simples peones en un destartalado tablero de ajedrez.

Noam Chomsky elaboró esta lista hace muchos años, no he descubierto nada nuevo pero, he hecho el ejercicio de ver como la misma se aplica con gran clarividencia al circo en el que estamos inmersos.

Me recuerda el ejemplo de la rana que meten en un caldero de agua fría, poco a poco le suben la temperatura al agua y para cuando quiere darse cuenta se ha convertido en estofado de anfibio.

¡Feliz martes!

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