Reflexionando sobre la EDUCACIÓN

Decía Albert Einstein : Todo el mundo es un genio pero, si juzgas a un pez por su habilidad para escalar un árbol, se pasará el resto de la vida creyendo que es estúpido.

Y eso, exactamente, es lo que parece fomentar el sistema educativo actual.

El otro día estuve un par de horas ayudando a una adolescente a hacer los deberes y aluciné, primero por la cantidad y segundo por lo absurdo de los mismos. Estuvimos más de media hora intentando que memorizara tres tiempos de los verbos en inglés: drive, drove, driven – por ejemplo y así, ad nauseam tanto por lo reiterativo como por lo nauseabundo. Estoy segura que la chica en cuestión, tal vez pasó el test, pero a una semana de haber memorizado el listado, seguramente no se acuerda casi de nada. ASÍ NO SE APRENDEN LOS IDIOMAS.

Curiosamente, ella misma obtuvo un 9,8 en una clase oral porque su pronunciación resulta excelente. ¿Cómo adquiere alguien que no disfruta estudiando idiomas una dicción tan buena? muy simple, escuchando la música de Bruno Mars, Camila Cabello y BTS, entre otros y, mirando series en versión original en NETFLIX.

Terminado el inglés nos pusimos con la gramática española, otra media hora trabajando con preposiciones, artículos, complementos y demás monsergas. Yo estudié eso mismo hace 50 años y ¡no me acuerdo de nada! tampoco siento que memorizarlos fuese de alguna utilidad. Si aprendí a redactar medianamente bien, fue gracias a los muchos libros interesantes que mi madre me sugería y, muy importante, no me obligaba a leer. La niña en cuestión adora los géneros Manga y Anime. Aprendimos más mirando media hora de Anime en una serie sobre sexo lésbico que recordando si la preposición va antes o después del verbo, por decir algo.

La siguiente perla de sabiduría la obtuvo Araceli, que así se llama la nena, recitando una poesía más vieja que Matusalén, que algunos recordaréis y otros, por suerte, no. A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron...etc. La moraleja de esta actividad, entre otras cosas, era : Toma siempre las cosas más bellas de tu vida con serenidad, poco a poco, para que las disfrutes plenamente. No te vayas a ahogar dentro de ellas. Probablemente este ejercicio resultaba relevante cuando se incluyó en el programa de estudios allá por el siglo XIX… hoy en día, ni es el lenguaje que hablan los jóvenes y, aunque la reflexión pueda ser excelente, no les llega porque, no va con la época que les ha tocado vivir. No olvidemos que, la poeta en cuestión, es la misma que minutos antes miraba el video sobre sexo lésbico con total naturalidad.

¡En fin! fue una experiencia breve pero intensa que me dejó con la sensación de que el actual sistema educativo va en una dirección mientras los niños, los jóvenes y la sociedad en general van en otra. He aquí una criatura con claras dotes artísticas, una inteligencia considerable y un despiste total sobre porqué le intentan inculcar cosas que no le interesan mientras, en su cabeza bullen mil ideas que con una buena dirección, un contexto adecuado, libertad y empoderamiento le darían la proyección y el sentido que necesita en su vida.

Para hacer más frustrante la experiencia, ahora tiene que ir a clase con una mascarilla, no acercarse demasiado a sus compañeros, estar en casa antes que Cenicienta y, eso si, continuar aumentando las horas que pasa sentada frente a una pantalla de ordenador para comunicarse con el resto del mundo. Demencial.

Tengo la sensación de que habría que cambiar tantas cosas que no hay quien se atreva a poner el cascabel al gato. Meten a todos los niños en el mismo saco, cortados por los mismos patrones que sin duda fueron útiles para programar a los campesinos ignorantes durante la revolución industrial pero, son inútiles en la actualidad. Que todavía se espere que memoricen textos y que repitan como loros cosas que, no solo no entienden sino que no les interesan en lo más mínimo, no solo me parece absurdo sino que da que pensar sobre la preparación de las futuras generaciones, su capacidad para pensar de forma crítica y su amor por la adquisición constante de conocimiento. No hay más que ver como está reaccionando la población (políticos y no políticos incluidos) ante la situación actual para darse cuenta de que el sistema educativo crea unos borregos magníficos con una capacidad de obediencia absoluta pero, sin la más mínima preparación para salir de este enredo u ofrecer soluciones prácticas, inteligentes y ágiles.

Aún estoy decidiendo si todo esto es triste o espeluznante.

¡Feliz sábado!

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