
Fotógrafa: Yo misma 🙂
Durante años tuve la idea de que era en los extremos donde se encontraba la felicidad. Alegría permanente, satisfacción absoluta, realización sin límites. Pensé que cuando alcanzara alguno de esos estados, me sentiría permanentemente dichosa. Solo se trata de lograr algo más, de tener algo más, de llegar a aquel lugar deseado donde estaba el límite de lo que creía soñar o, eso es lo yo pensaba.
Con el correr de los años he aprendido que es en el equilibrio donde está la serenidad. La serenidad a su vez es una forma sutil de felicidad y bienestar, a eso es a lo que aspiro ahora. Para que haya felicidad tienen que existir momentos de tristeza y dolor, ¿de qué otra forma podríamos sino establecer una comparativa?. Para que haya realización, tiene que haber fracaso y equivocación. En los últimos meses he descubierto que, parte del secreto está en seguir avanzando a pesar del dolor, del fracaso, de la decepción.
No se trata de resignarse, aunque a veces la resignación también juega un papel importante en cómo encaramos las cosas que nos suceden. Se trata de estar preparadas para aceptar lo que la vida nos lanza, respirar profundamente, calmar la mente y concentrarnos en encontrar la forma de solucionar aquello que nos preocupa, entristece o duele. Es en esa búsqueda donde, no solo hallamos respuestas sino que además crecemos y reafirmamos quien somos en realidad.
A riesgo de caer en los tópicos, descubro que la dicha está en las pequeñas cosas. En una charla familiar, en una comida con amigos, en una actividad intrascendente, en la lectura de un libro, en tomarse un té mientras escuchamos la lluvia que cae sobre el tejado. Hay tantos momentos fugaces que, si estamos atentos, nos pueden hacer felices. Si al final del día hemos logrado sumar varios de esos instantes, al hacer un balance antes de dormir descubriremos que nuestro día ha sido equilibradamente feliz y lo curioso es que, cuanto más conscientes somos de ello, más felices nos sentimos.
¡Feliz viernes!
Equilibradamente feliz de leer tu artículo! Llevas toda la razón.
Me gustaMe gusta
¡Gracias Assumpta! De vez en cuando va bien sentarse y pensar sobre lo que hacemos de forma automática.
Me gustaMe gusta
Felicidades por tu artículo, no podría estar más de acuerdo, la felicidad son estos momentos, solo tienes que vivir en el «aquí y ahora» para apreciarlos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Cierto, a veces solo hay que parar y recordar lo afortunados que somos.
Me gustaMe gusta