Mi Historia: Michelle Obama

Acabo de leer la biografía de Michelle Obama y, cuando pase el tiempo, volveré a leerla porque me ha encantado. Michelle escribe con sencillez pero a la vez con gran profundidad; nos hace partícipes de una historia que empieza con todos los números para torcerse pero culmina en un apasionante cuento de hadas contemporáneo. Gracias a la educación y el amor de sus padres, esta niña de un barrio pobre de Chicago estudió en una prestigiosa universidad, aprendió a tocar el piano y acabó enamorándose del hombre que un día haría historia por ser el primer presidente negro de los Estados Unidos de América.

Reconozco que siempre fui una fan incondicional de la familia Obama y que todo lo que intuía respecto a su filosofía de vida y valores familiares queda confirmado en el libro. Habrá escépticos, siempre los hay, que dirán que muchas cosas pueden ser adornadas no obstante, la forma de actuar de los Obama cuando aparecían en público dejaba ver clase, humildad, inteligencia y educación en partes iguales.

Michelle se expresa sin tapujos y nos habla de las muchas dificultades que, como negra primero y como mujer después, encontró a lo largo de su vida. Con total transparencia habla de algunas metidas de pata, producto de su ingenuidad y buena fe, que le hicieron aprender con rapidez lo que es la vida en política. También reconoce lo mucho que le dolía que al principio solo se fijaran en la ropa y los peinados que lucía. Luchadora como, es no cesó en su empeño de no ser una primera dama florero sino en dejar una huella y una país mejor del que les entregó su sucesor, George W. Bush.

Lamentablemente y desde el inicio de su primer mandato, los republicanos, en un claro ejemplo de lo que es la política sucia y despreciable, se dedicaron a boicotear cuanta propuesta por mejorar el país presentó Obama y muchas de las cosas que se había propuesto hacer se quedaron sin ejecutar.

Personalmente siempre les recordaré como un ejemplo de dignidad, elegancia y saber estar. Barak Obama no entró nunca en el juego sucio de contestar a los múltiples ataques y calumnias que le lanzaron. Tampoco lo hizo Michelle. Demostraron tener más clase que algunas de las familias que anteriormente ocuparon la presidencia y que venían de cunas mucho más «nobles» que las de estos dos entrañables personajes.

Michelle explica que el día que abandonaron la Casa Blanca hubo llantos y grandes muestras de cariño por parte de los trabajadores que les atendieron durante los ocho años que estuvieron allí. Las múltiples anécdotas que cuenta en su relato son una muestra más de la calidad humana y la inteligencia de esta interesante pareja que, no se dejó deslumbrar por la fama y el poder sino que trabajó de forma incansable para dejar huella en un país que cada vez más parece haber perdido el rumbo.

Este es un libro que se lee fácilmente porque está escrito con humildad, humor e inteligencia.

¡Feliz domingo!

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